La dificultad de atención y concentración es uno de los síntomas del TDAH, pero también puede tener su origen en otras causas que hay que tener presentes
La atención y la concentración son dos términos que van de la mano, ya que para que exista concentración es esencial que previamente se haya activado la atención.
La ATENCIÓN es una cualidad de la percepción que funciona como un filtro de los estímulos ambientales, evaluando cuáles son los más relevantes y dotándolos de prioridad para un procesamiento más profundo.
Existen dos tipos de determinantes de la atención:
- Determinantes internos: son aquellos que son propios de cada persona, como el estado orgánico o las motivaciones y preferencias que cada persona tenemos.
- Determinantes externos: son aquellos que proceden del medio y no dependen de la propia persona. Por ejemplo el tamaño, la potencia, la repetición, el movimiento o el contraste del estímulo al que se tiene que prestar atención. O las interferencias ambientales en dicho proceso de atención.
La CONCENTRACIÓN hace referencia al acto de reflexionar de manera profunda, sin distracciones y focalizando la atención en el objetivo elegido.
Para llevar a cabo cualquier aprendizaje es esencial que tanto atención como concentración funcionen de manera correcta. Así, uno de los problemas más usuales a la hora de aprender, es la dificultad para mantener la atención y por lo tanto la incapacidad de concentración suficiente como para interiorizar los contenidos.
Para poder ayudar de manera efectiva a los niños o adolescentes que presentan estas dificultades de atención y concentración, será esencial evaluar si éstas tienen su origen en el manejo de los determinantes externos o en un estado interno propio del niño, y a partir de ahí, elaborar un plan de trabajo.
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Itziar Sainz-Pardo
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