La MOTIVACIÓN para aprender es uno de los motores esenciales para que los contenidos y conocimientos realmente se interioricen.

En muchos casos, el fracaso escolar  tiene como origen la falta de motivación por parte del alumno, ya que no ve interesante lo que se le ofrece y no es capaz de valorar la importancia de adquirir dichos conocimientos.

Muy a menudo no es tanto el contenido lo que no interesa, como la forma  en que se le presenta dicho contenido. El aprendizaje necesita de la emoción y de la inquietud  del aprendiz para consolidarse y por eso es de suma importancia ofrecer la información de la manera más atractiva y lúdica posible.

Existen otros factores, además de la manera en que se presenta la información, que pueden llevar a que un niño o adolescente se desmotiven a la hora de aprender: dificultades de aprendizaje, valoración negativa por parte de su entorno, baja autoestima y falta de confianza en su autocapacidad. Poca tolerancia a la frustración, estados anímicos negativos o circunstancias complicadas en su entorno social o familiar.