Los enfados y rabietas son universales.
El ENFADO es una emoción que se activa ante un obstáculo, una ofensa o una amenaza que dificultan la consecución de nuestros objetivos.
A pesar de que muchas personas lo consideran negativo, el enfado no tiene porqué ser negativo si se sabe gestionar de manera sana. Para ello, es importante conocer los síntomas físicos que a cada uno produce el enfado y aprender respuestas alternativas y correctas para expresarlo.
Cuando encontramos a niños y adolescentes que se enfadan continuamente, con excesiva facilidad o con una intensidad desproporcionada, es importante acudir a un profesional, ya que en la infancia, el enfado en muchas ocasiones es el sentimiento secundario. Esto significa que el enfado es la emoción que se expresa, pero en realidad el sentimiento primario es otro ( tristeza, miedo, inseguridad, decepción…) . Será a través de la terapia psicológica la manera en que el niño o adolescente aprenda a identificar y estructurar sus sentimientos. Aprendiendo a gestionar y expresar, así, de manera saludable sus emociones.
Las RABIETAS son los enfados intensos que suelen tener los niños más pequeños. Son un cúmulo de emociones que el niño no sabe manejar y que suele expresar a través de lloros, gritos y agitación motora. Las rabietas forman parte natural del desarrollo de los niños, pero es importante gestionarlas bien. De la manera en que los adultos actúen ante las rabietas, dependerá que el niño aprenda a gestionar su malestar y sus futuros enfados. Es importante que los adultos que rodean al niño le enseñen a gestionar esta explosión emocional, y le den herramientas para expresar ese enfado de manera adecuada.
Puedes leer más sobre rabietas y enfados en estos enlaces:
ESA TORMENTA DE EMOCIONES LLAMADA RABIETA. 4 Pasos para una gestión respetuosa
Itziar Sainz-Pardo
Deja tu comentario